Comentario
Max Ernst y J. T. Baargeld, con la colaboración de Hans Arp, amigo del primero y emisario oficial de Dada, constituyen el núcleo dada en Colonia, fundado después de la Guerra y en el que colabora también otro grupo con un nombre muy significativo, Stupid.Arp ya había pasado por Zurich y los otros dos habían tenido actividades políticas; Baargeld fundó el partido comunista de Renania y editaba por entonces un periódico, "El Ventilador", con el fin de dar aire fresco a un ambiente enrarecido como era el de Colonia en estos años. El periódico resultaba tan subversivo en su ideología comunista que incluso los ingleses lo prohibieron. Como continuación, en 1920, Ernst y Paargeld publicaron, con la colaboración temporal de Arp, otra revista bilingüe, "Die Schammade", bajó el lema "Despertad, diletantes".Los tres juntos realizaron una serie de obras a las que denominaron Fatagaga (Fabrication de tableaux garantis gazométriques). Se trataba de collages sin preparación previa, en su mayor parte, en las que el azar jugaba el papel primordial. Para promoverlos fundaron una sociedad, la Central W/3 y una revista para darlas a conocer, "Dada W/3". Con esta actividad común Fatagaga los dadaístas de Colonia atacaban una de las bases más firmes del arte occidental desde el Renacimiento italiano y más aún a partir del Romanticismo: la autoría de las obras y el culto a la personalidad del artista. También aquí se muestran destructores con el orden establecido de un modo semejante a lo que, con mayor violencia, habían escrito Grosz y Heartfield: "El título de artista es una ofensa. La denominación de arte es una anulación del equilibrio humano. La divinización del artista es equivalente a la autodivinización".Al mismo tiempo cada uno siguió haciendo obras personales: Arp, como en Zurich, componía obras abstractas a partir de cartones recortados y pintados de colores; Baargeld comenzaba a incluir objetos en sus cuadros y Ernst fabricaba imágenes con recortes de ilustraciones de catálogos científicos o de grabados del siglo XIX, en los que intervenía, transformándolos en visiones fantásticas y provocativas de un mundo mágico que hace pensar ya en el surrealismo. Lo mismo que sus cuadros, realizados también a base de asociaciones de objetos o de seres que, aparentemente -lógicamente- no tienen nada que ver entre sí, como el Elefante de las Célebes (1921, Londres, col. particular), en el cual la asociación de formas que evocan tanto una aspiradora como un elefante, un toro, una mujer, etcétera, consigue construir una realidad inquietante.El acontecimiento más sonado de Dada en Colonia tuvo lugar en la primavera de 1920. Fue la exposición sorpresa Principio de la primavera Dada, que realizaron en el patio de la cervecería Winter, y a la que se entraba, previo pago, por los retretes. Allí había de todo, desde un grabado de Durero que escandalizó al público y supuso una denuncia por inmoralidad, hasta una niña diciendo obscenidades con su traje de primera comunión mientras recibía a los visitantes; Baargeld exponía su Fluidoskeptrik, un acuario con líquido rojo en el que flotaba una peluca de mujer, y Max Ernst fotomontajes escandalosos. Además, había toda clase de objetos inútiles, como la Tabla de huevos de Arp (Lieja, col. particular) o provocadores, incluida un hacha para que los visitantes ofendidos pudieran destruir alguna obra, como un leño firmado por Ernst. Con esto quedaba claro otro de los principios de Dada: la nueva relación que se podía establecer entre el público y las obras. Con el tronco de madera y el hacha se brindaba al espectador la posibilidad de pasar a la acción. La policía, como era habitual, cerró la exposición y algunas de las piezas se expusieron después en la Primera feria internacional dada de Berlín.